En los pacientes con signos de alarma o dengue grave que sobreviven tras las 24-48 h de la fase crítica van a reabsorber en forma gradual, en las siguientes 48-72 h, el liquido escurrido al compartimiento extravascular y este fenómeno se acompaña de una sensación de bienestar, recuperación del apetito, desaparición de las molestias gastrointestinales, estabilización de los signos vitales y aumento de la diuresis.
Algunos pacientes desarrollan un exantema característico descrito como de “islas blancas en un mar rojo”.
Algunos experimentan prurito generalizado, a veces intenso, particularmente en palma de manos y planta de los pies.
La bradicardia y cambios del ECG son frecuentes en esta etapa.
El hematocrito se estabiliza o puede bajar por el efecto dilucional de la reabsorción de líquidos.
Los leucocitos se elevan de nuevo y precede, característicamente, al aumento de las plaquetas.
Si se ha administrado cantidades excesivas de fluidos en la fase crítica, puede ocurrir distrés respiratorio, edema pulmonar, o falla cardíaca congestiva a partir de la reabsorción del derrame pleural y la ascitis.